martes, 26 de marzo de 2013

XIV Vig Bay - 17 marzo 2013



Un ojo puesto en Meteogalicia y otro ojo puesto en el maratón de Coruña del 21 de abril.

Así transcurrieron los días previos a la XIV edición de la Vig Bay.

El primero porque vivimos una semana previa de frío, lluvias, vientos, granizo, inestabilidad atmosférica… vamos, todas esas inclemencias del tiempo que a veces tan difícil nos hacen salir a correr. Así que cuando el domingo me levanté para ir hasta Vigo y vi el tiempo que hacía no me lo podía creer. Un sol radiante, apenas viento, cielo claro… un verdadero milagro

Así que de lo único que tuve que preocuparme fue de hacer la carrera decentemente, utilizando esos 21 kilómetros como preparación del maratón.

En la línea de salida más de 4000 personas dispuestas a disfrutar de una de las mejores medias que conozco, y antes del pistoletazo, tuve oportunidad un año más de hacerme una foto con los compañeros del CARMA.

Este año cambió un poco el recorrido. Debido a la cantidad de inscritos y para evitar que la cabeza de carrera pillase a los más rezagados, este año no se dieron vueltas en Samil, sino que la carrera salió lanzada directamente camino de Baiona.

Dado que desde que dieron la salida tardé más de minuto y medio en pisar la alfombra, pude comprobar la cantidad de gente que estábamos allí dispuestos a cumplir nuestros sueños una vez más. Unos buscando marca, otros simplemente acabar, y todos disfrutar.

Mi planteamiento desde el principio fue utilizar la carrera para probar el ritmo que quiero llevar en el próximo maratón de Coruña, así que me dividí la carrera en 3 tramos, de tal modo que cada 7 comprobaría los tiempos, y aceleraría o echaría el freno, en función de cómo fuera.

Los primeros 7 kilómetros los hice tal cual tenía pensado, a 4:55 el kilómetro, ritmo que debería mantener en el maratón para conseguir 3h 30m . Y claro, me sentía tan cómodo, rodeado de gente corriendo, el tiempo tan bueno, tan buen ambiente… que decidí apretar un poco (un poco ¿eh?), con tranquilidad para comprobar cómo eran las dos nuevas variaciones en el recorrido.


Me tuve que parar para que una amiga me hiciera la foto

En Playa América no noté mucho esa pequeña variación. Donde sí lo noté fue en la llegada al monte lourido. Es un sitio muy bonito, corriendo por unas calles nada anchas, entre árboles, pero con unas cuestas sube-baja que… no fue muy duro, pero desconocía el terreno, así que fui un poco conservador.

Eso sí, al salir de allí ya era todo terreno conocido, volvía a ser el recorrido de la Vig Bay que siempre he corrido, y me veía con fuerzas, y con ganas, así que aproveché esos 5 kilómetros que me quedaban para subir el ritmo.


Saliendo de Monte Lourido. Foto cortesía de Xandra


Y a partir de ahí es donde mejor me sentí.

No es que esté en mi mejor época, y siempre he sido un trotón, pero la sensación de ir rápido, adelantando gente, subiendo el ritmo, bajando el tiempo medio… llegué a la meta en Baiona con fuerzas, haciendo un tiempo de 1:40:50, y como siempre (pero esta vez más) con la sensación de que podía haberlo hecho mejor.

Pero esto era sólo una tirada larga, rodeado de más de 4000 atletas, y ahora sí, con los dos ojos puestos en el maratón de Coruña del 21 de abril

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